Abroquelado, sin tiempo, esperando
en soledad,
y por decreto de un amor
y versos jacobinos,
estoy desnudo de asombros.
Mía, totalmente, la maja,
no le doy respiro,
ni nada
¡es mi pared!
Así, beso tras parir
- creo -
La tarde,
y, a mi, me pertenece
toda, todita desnuda.
(¡Ay!, que suerte tiene el hongo
que no trepida sobre
el panel de la lógica
ni de la inteligencia.)
ARTE, no solamente papiro,
en celosa esgrima de graffiti
o aburridos contornos erectos
de largos pecíolos
donde colige la siembra.
Tiempo de los arneses
y clavo en
avatares de colirio
y dulce engendro.
Tú y yo, marchitas catedrales
visto HEMOS
donde parió la risa o la lisonja
¿para qué?
¡Estoy contigo porque sí!
Me seduce el aquelarre,
el vitró y la témpera
y la fiebre...
Pues no sentirte
hasta el aburrimiento, me atrapa;
y, bueno, que sé yo,
la primavera del mar tiene algas.
Mas yo, contigo, tengo
toda una vida
repleto de sincretismos,
envuelto entre rafias
y otras telas
y también, de húmedas palabras.
¡Avancemos en pos de esta única cornisa!.
¡DALE!