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Tema: Tiempos melancólicos. Lun Ago 27, 2018 2:49 am
Tiempos melancólicos.
Hace mucho tiempo, cuentan que hubo un juglar o trovador, que siempre gozo de la simpatía de los Condes Giorgone y los duques Giancomini. Tanto los condes como los duques poseían las mejores tierras de la comarca y sus rededores, eran prosperas y muy fértiles cultivaban la patata, hortalizas, legumbres y algún ganado vacuno, bovino, y tenían ovejas y algunas cabras....
Sus súbditos eran tratados con justicia y equidad, sus tributos a pagar a los Condes Giorgone y a los duques Giancomini no eran excesivos, sino acorde con sus posibilidades... Todos vivían allí felices y contentos en sus labores del capo los hombres, en las de ebanistería, y artesanos otros la mujeres se ocupaban de las labores de su hogar, trasquilar las ovejas, hacer el hilo de la lana , tejer, hacer el queso de cabra, o vaca. Obtener la leche de las vacas y coser sus vestidos. Otras eran expertas costureras y bordaban los vestidos de la Condesa Kateherinna Giorgone y la duquesa Antonella Giacomoni y de sus damas de compañía para las fiestas de la corte.
Los niños alegres jugueteaban en las callejuelas de la comarca, soñando y entre juegos aprendiendo las labores del campo...
Los condes Giorgone vivían en un hermoso Castillo rodeado por un lago donde habitaban unos cisnes, y lirios acuáticos, que se podían ver desde el ala sur del palacio donde estaban ubicados los aposentos de los Condes Giorgone. En el interior del castillo había patios internos bordeados por fuentes de agua y jardines donde corrían libres como el viento, los hijos de la servidumbre llenando de alegría y dicha aquel lugar.
Los duques de Giacomini vivían en su castillo a unas 28 leguas de camino del castillo de los Condes Giorgone. En un castillo hermoso, de amplios pasillos, y grandes habitaciones, allí residía el juglar que alegraba el recinto , junto a sus amigos los artistas y escultores que se encargaban de embellecer el palacio y surtir de hermosas imágenes la pequeña iglesia donde, hacia sus servicios Fray Paulo Tortoleé amigo y confesor de la duquesa Antonella Giacomini y la Condesa Katerinna Giorgone...
A unas 80 leguas de camino real, se ubica el Palacio real Borguisini habitado por unos reyes muy pacíficos y consecuentes con sus súbditos todo era felicidad y armonía.
Según decían los Condes Giorgone eran físicamente hermosos pues eran La condesa media 1:68 de altura era delgada y de facciones muy refinadas, rubia de ojos claros y su piel blanca como un copo de nieve, siempre con una sonrisa legre y carácter muy jovial, tan dulce como la miel suave voz. El duque Raymond Giorgone media 1;78 de altura de contextura media de piel morena ojos café y cabello oscuro y fuerte, de carácter fuerte, analítico , prudente y parsimonioso , astuto en las artes de la guerra, excelente estratega militar, menos sonriente que su dulce Katerinna, pero grato. Se dice que los condes Giacomoni eran también muy agraciados, la Condesa Antonella, media 1; 60 de altura delgada de cabellera negra como la noche y ondulada, le encantaba la música y la lectura que junto a su amiga Katerinna solían degustar cada tarde, al descansar de sus faenas... El Conde Lois Giancomini, media 1; 88 de altura, de contextura fuerte y de carácter jovial blanco de ojos color gris y cabello rubio y alegre muy amante de los libros, soñador por naturaleza, pero también era un buen guerrero.
Fray Paulo Tortoleé, era un sacerdote alegre, media 1:58 de altura muy gordo moreno de ojos grandes muy expresivos y amigo de la buena cocina, muy ilustrado y amante de la paz, en algunas tardes cuando sus ocupaciones religiosas con los súbditos iban al Castillo de los Duques Giorgone en compañía de los Condes Giancomini.
En los predios de Palacio Real, se rumoraba una posible guerra con un reino vecino el Reino Buttiolini, que por extender sus predios y posesiones emprendería de un momento a otro una cruel guerra en la frontera de lo que hoy es Francia.
A unas cuantas semanas llega la comunicación oficial de Guerra ante esto los hombres deben partir la frente, sin importar rango o estatus social. Parte el rey encabezando la caravana, acompañado por el Conde Raymond Giorgone y el Conde Lois Giancomini y sus ejércitos conformados por gran parte de sus súbditos, las mujeres les acompañan hasta las afueras de la comarca.
Desde entonces ya ha pasado un mes y la vida continua en aparente calma y en sus labores cotidianas de cuando en cuando llegan noticias alentadoras de la batalla y de sus seres queridos... Mientras tanto las mujeres han tomado el rol de sus esposos ausentes en el arado de la tierra. La siembra y cosecha y cuidado de los animales... Cada Domingo en la iglesia de la Comarca Fray Paulo Tortoleé oficia la misa por el pronto regreso de sus amigos y habitantes de la comarca.
Han pasado ya dos meses desde que la batalla comenzó, noticias poco alentadoras llegan y la Duquesa Katerinna comienza a enfermar ya es invierno s es él más crudo que se tenga noticias, el lago se congela los cisnes han cambiado el color de sus plumas de un blanco hermosos se han tornado grises ya la música no alegra el corazón de la joven Katerinna en otro lado lejano la batalla es cada vez mas fuerte las posibilidades de regresar con vida a su comarca parecen nulas para el Conde Giorgone el cual se lo confiesa a su amigo el Duque Giancomini, al despuntar el alba la batalla será definitiva.
Esa noche se torna oscura y los hombres descansan en sus lechos improvisados rezan por el mañana que les espera y ponen toda su fe en Dios y que pronto estarán en sus hogares junto a sus familias.
Despunta el alba la batalla se avecina es cruel, sangrienta hombres de cada bando caen heridos algunos yacen agonizantes entre los heridos mortales esta el Conde Giorgone sin conocer que su amada Katerinna agoniza en ese mismo instante, en su lecho.
A ambos se les escucha como un susurro sus últimas palabras: Tan sutil cual rosal y su delicada fragancia, leve como un suspiro es tu presencia en mi vida. ¡Que se desvanece ante las primeras auras del nuevo amanecer¡