¡Qué bella estampa, el campo, refulgiendo al albor,
con acicaladas mies de gozo alborotadas,
mientras unos zainos abrevan en las aguadas
y el trinar de las pájaros regalan su loor!
¡Qué dicha sutil del campesino, qué fervor,
por esa tierra agreste con sus manos labradas
entre jornadas duras y profundas paladas
a fin de resucitar el yermo en esplendor!
(Deposito en ella las lisonjas, aunque dejo mi hosquedad sobre la tierra)
Secreta y misteriosa va la noche,
la bondad del cielo.
En el zaguán, reflejos de la luna
El arpa de los ángeles y
las estrellas
compiten en el cuadro
una yuxtaposición de matices
y el viento...
Asintóticamente, viro a mi destino
en una encumbrada sinalefa
sobre la abscisa señalada
hacia ese norte de amor.
Cual barrilete loco que tensa los hilos
del atinado puño que los mueve;
como cometa en las alturas que roza
las nubes y se dispersa con el viento,
atribulado.
me perderé, ya roto, entre graznidos
de flamencos en una cresta de almidón,
herido fuertemente
en mi costado, sin ánimo de ser más.
Pero mientras la quimera me alumbre
por la tarde,
en un etéreo cuadro frente al mar
tras un …
Efemérides del cielo pintan
de gris una tarde de abril
en un espejo de agua,
cuando menstrúa la luna
y ya ciega la noche
adorna el tapiz.
Sayo verde en el viento
y tropiezos de alas
o vuelos de palomas
en la horqueta febril;
la estoica maga sueña
con su dedal de sombras
desflorar el jardín
o el bosque ya pío.
Vuelan las mariposas,
en un conjuro otoñal
y retrucan al verbo
desde su …
Busco tus labios besar
y fusionarme contigo,
posar mi boca en tu ombligo
y sentirte tiritar;
La noche en su respaldar
proveerá su gran lucero
entoces, en un te quiero,
tú, serás flor o la rosa
a quien dejaré jocosa
mientras tu gracia venero