Bardo en el cielo y mis labios rojos
yo, tu mujer y tú mis caprichos;
amantes fuimos de papel,
nada importante para ti.
Me endulzaste el corazón
con esas flores que daban al alba
tus besos.
Y te fuiste con otra
a su nido,
dejaste amargo el café
que prometiste al besarnos.
Te fuiste con otra
para roncar en su cama
y desnuda dejarme sin ti.
Mas no te odio por eso
ni por abandonar la gesta
que habíamos empezado;
Sólo siento bronca
por dejarme una semilla
en mi vientre
que tú no reconocerás
como el fruto del amor
en un verano,
en una tarde de diciembre.