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Tema: El silbo de un gorrión Sáb Jul 11, 2020 8:28 pm
< En aquellos tiempos en que el viento dejaba desnudo los árboles, una blanquecina luz inundaba el bosque > Fuera de toda lógica ilustrativa del devenir de un otoño, el acontecer de los pájaros era emigrar a otro destino; sin embargo, a pesar del rielo de la naturaleza, un gorrión se empecinó en priorizar su aquerencia en el lugar y permanecer augusto ante aquel rito inquietante en el bioma terrestre. El caprichoso síndrome de: “tú te vas y yo me quedo” era el presagio de una osadía. Ese gorrión fortifico su nido con barro y ramas y no tuvo temblor de alas al hacerlo. Se instaló en su cueva ya sin consorte, pero feliz de ser al fin artífice de su romántico sueño en azul. Tenía en otro nido contiguo toda una alacena donde almacenó algunos brotes verdes, semillas y varios insectos cazados en el aire. No era un ave predadora pero se destacaba por su habilidad en cazar moscas y hasta avispas. Llegaron las lluvias y el otoño dio paso al invierno; un invierno frío y tremendamente cruel para el bosque. Don gorrión salió como de costumbre a realizar su recorrido por la periferia del bosque, contemplando como la nieve sojuzgaba los árboles y sometía la naturaleza a su paso. Muerto de frío regresó a su nido y se apoltronó sobre una mata de paja a fin de recuperar la temperatura corporal. Es un hecho que no estaba solo en ese hábitat natural sino que también había otras criaturas que merodeaban el bosque en busca de alimento. Tanto es así, que una comadreja olfateando a su presa trepó por las ramas del árbol y se acercó sigilosamente al nido de don gorrión. Había mucha niebla en el bosque y el viento sacudía las ramas con un brío descomunal, por lo que don gorrión se apretujó en su improvisado camastro y entregóse paulatinamente al hechizo de Morfeo. Don gorrión tuvo aquella noche una pesadilla de aves y se despertó sobresaltado; evidentemente, se trató de algo más que un mal sueño. Era como una premonición que lo ponía en guardia frente al inminente peligro que lo acechaba. A todo esto, la comadreja se abalanzó sobre el nido, mas don gorrión ni lento ni perezoso, escapóse por una ventana lateral hecha ex profeso para huir cuando la circunstancia así lo estableciera; y empujado por el miedo, resuelto a no ser presa de las garras y de las fauces de la fiera, voló hacia lo más alto de un árbol centenario. Ya en la horqueta de una raña añeja, don gorrión, comenzó su silbo trashumante mientras el bosque enmarañando a la comadreja hizo que ésta, trastabillara y cayera al vacío. Luego unos perros salvajes hicieron de la comadreja un festín. Don gorrión, azul de frío, completa así, su epifanía en el bosque y queda tieso en la rama. ¡Ha cumplido su romántico sueño en azul! Se disipa la niebla, Eolo intuye un quebranto mientras asoma la luna con todo su esplendor. < En aquellos tiempos en que el viento dejaba desnudo los árboles, una blanquecina luz inundaba el bosque >
MANNEQUIN
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Tema: Re: El silbo de un gorrión Sáb Jul 25, 2020 6:46 pm