Dije, hoy, a la sombra que se fuera
y alcé contento mis brazos en cruz;
Dije al camino que olvide ya mi cogote
y dejé la huella de mi sangre y mi pus;
Dije al destino que borrara mi carta
y a todos los bastos obsequié mi luz;
Dije al reloj que desenmascare al minuto
y a los segundos, que rompieran su rampa.
Hoy mi pulso escribe sin letra
hoy mi mano resplandece por ti;
por vez primera, no sé que quiero,
si vivir en este enjambre de tiempo
o morar en el espacio ...
ya sea empotrado en esta faena de lienzos
o bien en el paño,
donde la huraña impregna de azul.