Oh, amada y dulce reina
el olor de tu perfume es un perfecto
imán que atrapa mi cerebro.
No puedo resistirme a él
y en tu polo quedo
imantado a tu piel.
Mátame con tus besos,
déjame soñar
en tu solemne ombligo
y vé por mi
tras mi electrón
hacia este mundo.
Energía o electricidad
da lo mismo,
imántame a tu corazón
y déjame sujeto a ti.
No puedo resistirme
eres un poder intercostal,
¡un embrujo divino!
del cual no quiero zafar
de este presente indicativo.