Vidas paralelas,
vidas encontradas
en el tedio del insomnio
y un crucifijo.
Lento transpirar
un ojo suelto en la bahía
y la arena toda blanca.
El beso de la noche,
la prestancia de la Luna
y todo un estercolario.
El himen del socorro
y la torpe estrella
que ilumina la urdimbre.
Y todo tan igual
tan exactamente calcado
que nunca adiviné
que el vuelo de la mosca
es el sueño de un Atlante.