Si me muero...
en el epitafio de mi tumba,
si te acuerdas y aún me amas,
junto a un helecho y una rosa
junto a un nardo y un lirio
quiero desde el foro de tu alma
me dediques
un poema escrito en versos pares
con asonante rima
dibujado con el carmín de tus labios
¡el carmín del cielo!
y si es posible reviviré del aliento
prestado
de la metáfora de tu boca
en medio de la nada...
y mi karma,
un puro desvanecimiento de moléculas,
escribirá versos nuevos
¡poesías bellas!
que legará al viento de la mañana
para que el viento compañero del poeta
y de la vida
esparza un canto de amor
gritando
por la tierra vasta
por la hierba que tus pies descalzos, pisan,
y tal vez...
pueda sentir acaso
desde una dimensión externa al hombre
besar de nuevo un cuerpo vivo
ya sin mi mortajas
¡eternizado en polvo de cenizas!