Alma que me cobija en tu ternura,
enamorada arde este volcán
en el inmenso mar que no satura
mi paciencia loca por tu afán.
Quiero el aliento de tu boca pura
y en tus besos sentir el huracán,
la fiebre toda de tu calentura,
sentirme prisionera en tu zaguán.
Y sabedora reina del deseo
quiero explotar tu ser y naturaleza
en un efluvio magno consumado,
mi cuerpo regalando a fiel amado
y mi pasión y toda mi belleza
sobre tu corazón en que me veo.