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Tema: REVIVIR DEL ALIENTO Mar Sep 06, 2011 4:14 pm
Era una tarde de marzo, cuando soplaba el viento desde el norte, que don barrilete no quiso saber más nada con volver a volar (no, al menos en las condiciones presentes). Estaba harto de pender de un hilo y ser abofeteado en el cielo, delante de todas las nubes, por las rotaciones del aire. Su esqueleto de pura caña tacuara enfundado en papel celofán, de colores vivos y terminación en cola, ya no soportarían otro manejo insensible por los hombres ni por los vientos. Decidió corregir una tarde su palo mayor y doblarse como un junco y soltarse de la rienda maestra que lo aprisionaba al ovillo del hilo pizzero. Llamó a todas las aves del cielo y les pidió su ayuda para escapar de su destino y dejar ese juego payasesco de volar sin rumbo para deleite de una caterva de humanos. Las aves, todas, decidieron en una sesión maratónica, que duró varios días, ayudar a don barrilete a independizarse del yugo opresor. Y una tarde de marzo, cuando soplaba el viento desde el norte, don barrilete dejó su soñar a las aves y desfiló como nunca en la pasarela del cielo. Las aves picotearon el nudo de la prisión de don barrilete y rompieron las cadenas de su yugo. Don barrilete, arqueado sobre su palo mayor, enfiló hacia el mar, libre y magistralmente ensimismado de su nuevo destino.
Ahora, don barrilete, persigue a las nubes y sueña con encontrar un barrilete mujer para escindirse y procrear un millar de barriletes azules que volando por el cielo devuelvan la esperanza a los ojos de los hombres. Sin embargo, hay un dicho que dice: “los cielos saben por cielos y los vientos saben por vientos”, y una noche de marzo, cuando don barrilete volaba por el mar cavilando miles de sueños, una saeta atravesó su costado partiendo su andamiaje. Fue tal el dolor que experimentó en su pecho, don barrilete, que la luna por respeto a ese dolor no asomó esa noche, y dejando sobre el lecho del mar su cuerpo de celofán, nuestro amigo de los cielos, se hundió en la profundidad de las aguas.
Don barrilete no ha muerto – decía un marino – los peces del mar harán un piquete y teñirán su cuerpo de azul en las orillas del muelle.
Hoy, en todas las tardes de marzo, sobre el mar, flota un junco arqueado llevando en su corteza una oración : “viviré entre cielos y vientos, remontando mi vuelo en soledad, pero jamás claudicaré porqué soy papel y naceré de nuevo, y será tal vez cuando, las manos de un hacedor recicle mi esperanza y me de otro cuerpo etéreo, no ya una sustancia endeble de celofán”
Última edición por Ali Al Haded el Lun Jun 29, 2020 3:00 pm, editado 3 veces
EL ARPONERO DE LA TINTA
Cantidad de envíos : 126 Edad : 53 Fecha de inscripción : 17/08/2008
Tema: Re: REVIVIR DEL ALIENTO Dom Jul 15, 2018 10:46 pm
Estimado amigo, Alï :
Espero encontrar ese barrilete en el Atlántico para asimilarlo al palo mayor de mi nave.