Vuelo clamoroso ante tu mirada
- me exijo una meta posible -
no reñiré con los vientos
aletearé hasta sangrar el ala
y luego enderezaré mi sesgo
hasta afianzarme en tus brazos, ¡OH CIELO!
Amaré tu distancia
dejaré mi penacho amarillento
tras el barniz del sol
y cumpliré mi rito acostumbrado
¿Acompañarán mi vuelo, las alondras?
En un costado ansiaré una soledad
y dejaré mi perfil
en la quijada de lo eterno
¿Cuántas aletas tendrá el viento
en esta primavera?
Yo restaré al tiempo mi silueta
y soñaré con el clamor
de mil engendros
tras el arrobo de nubes rosadas
Planearé en la escarcha
y musitaré mi amor en la noche
al oído de una dama placentera
Tendrá sentido el ojo
que transpira el engendro
¡me verán en el pálpito de la tarde
atenazado al ombligo de un cuadro!
Y no seré yo, sino
el aleteo permanente del ala
que dejará su ritmo al corazón que alardea
asimilado a un incruste
(el nervio de un ocaso).