Expansión de la retina
tras un diluvio de colores y alba;
grito del otoño y
murga de ajetreos en fuga,
-Impulsos neuronales que atrapan
el caos sobre el axón-
y vuelve a predecir el curso de la vida
como estímulo sagrado;
contubernio eficaz entre hojarasca y viento,
reposo del guerrero
y luna a media asta.
Presencia insoslayable de la tarde
dosificando los contornos,
desmitificando la línea
en vuelo de perdices y dorados.
Postal en potencial y árboles desnudos;
beso que taladra el firmamento
una vez al año;
Sangría en el hemisferio
al sur del Ecuador
y una esclerosis múltiple
a punto de trazar el prolegómeno
del tan temido infarto.
Y, nuevamente, el ciclo que amanece
tras el costado herido
del mundano ejido.