Alma mía quiere ser amor y
lámpara que ilumine
jocosamemte cuando las làgrimas
arrecien sobre tu corazón de mujer.
Encendido de pasión quiero
demoler esos nubarrones de
rompientes heridas, y
amaneciendo en tus brazos
honrar el vientre y el
undoso apetito de nuestro fruto.
Reir contigo atravezado de los besos
musicales de la cítara de tu sexo
forjado en la fragua de la vida,
emancipado de toda rutina
saboreando de ti, la rica miel de tus encantos.
Comenzar a disfrutar el milagro
versátil de la humanidad que confluye
transpiradamente, en la esencia del amor
resumida en la criatura
en ti, dibujada por el grito de la yuxtaposición
y el delirio ornamental de nuestro deseo.