Si tienes al menos un corazón,
un fuero interno
que cobija un alma;
si tienes, lo que se dice,
un ajetreo de pàjaros
en tu cielo;
si crees que el amor
no debe al haber una moneda
y te regalas pleno;
Entonces, te daré
la llave de mi cuerpo,
el efluvio de la vida
mi paciencia
y mil besos entre abras.
Mas, si eres necio y confundido,
alocado y simple;
de mi, nada tendrás,
excepto indiferencia
y rechazo de mi cuerpo
junto al hastío de mi alma.
Para gozar de mis primicias
primero, deberás ser un caballero,
destronar la sin razón
construyendo, construyendo
en lo màs alto de la colina
una casa con amor
o un nido confortable
en la rama del árbol
como un jilguero.
Y si la vida es un conjunto
entre cuerpos y deseos,
yo te prometo dar mi beso
y la caricia de quererte
para siempre
bajo la luna
y entre la enredadera,
pues ya desnuda, ¡toda, todita
esta mujer por tu presencia, clama !