Tiempo, alas, tiempo;
pájaro sin plumas en el cuadrante.
Amanece y nada por doquier ...
Gotas de una lluvia despliegan su esencia
sobre el césped sintético del mundo
o del hado.
(y en el cuarto, el niño llora
a lágrima traviesa).
Afán del hombre enrarece la natura.
¡Hambre gobierna la geografía
y el planeta se abroquela en un punto
como un locus geométrico que degenera!
Cornisa de cemento, ciudad dormida,
¡el asombro de las Eras!
y una tenaz acción
por desmerecer al pobre y también
al vagabundo.
Eufemismo comunicacional y redes,
aparato de domesticación de voluntades
y un argot que crece a raíz desnuda.
Cielo costurado en brisas
y manjares de una siesta peligrosa.
Ajeno a todo, nado en el Ganges
de mi propia putrefacción
y soy eterno.
Quería volar ...
pero nunca tuve alas
En fin,
el siglo es enorme para encontrar
la llave ...
ERGO
Renunciaré a mi pretensión de ser un punto
(Me dormiré sobre los pezones de mi amada)
(*) El aprehendido, escolásticamente hablando.