En busca de mi amor, mi lucero, mi vida

Así, como luchan los titanes en la arena,
cual empedernidos atletas que madrugan
para batirse a duelo en el escenario
ante una platea hostil, rugiente de sangre;
así, amor, yo peleo mis batallas
en esta falsa geografía, llamada mundo.

Pues busco el secreto de tu rosa,
la proeza de tu estricta madurez de hembra;
voy luchando entre los confines
contra pesadas figuras, que atormentan
el espíritu y clavan su espada en mi,
son apenas unas torpes marionetas
pero que molestan, mi dulce recorrer.

Yo busco, como sabes, la simpleza.
¡La prontitud del destino no me maravilla!
Quiero entender el significado de la hora
que revienta en tu reloj biológico
y contemplar el fruto,
aquel que yo indistintamente emancipé
para aparearme en tus desnudos.

Y beso el capullo de tu flor rozagante
y alabo al cielo por mi fe
como un hidalgo Quijote.

Yo y mi Rocinante, haremos una escala
en la colina del tiempo:
(no se lo digas a nadie)

El efebo del crepúsculo,  regálame su espada
y fiero como soy,  batirme iré contra las sombras
para descubrir el abasto tierno de tus besos, ¡oh María!
en esta encrucijada,
donde el verdadero sino se somete a la aurora
y conoce de que va, la gesta de este varón
que busca a su amada por los andariveles del destino,
oliendo el perfume de esa rosa
y de sus labios, la verdadera poesía.

ECLIPSADO...


Eclipsado entre los
pétalos de mi rosa
vas cautivo, cual
Hidalgo Quijote.

En tu peregrinar,
emergen los  molinos
del viento, increpando
Viejos fantasmas que
nada nuevo traen.

La luna junto a sus
luceros, te portan a
mis brazos, donde  te
acunas en mi pecho
libando el néctar de
su flor.

Mis pétalos dulces y
tiernos, son caricias
a tu alma, tu piel y
todo tu ser, el cual
despierta fulgente
en este amanecer; donde
el trino de las aves, anuncian
un bello amor entre un colibrí
y su rosa.
María Auxiliadora Fernández Velásquez.
23/09/18.
Hora: 12:08 A.M.