Lejos de la costa,
muy aferrado al arpón
persigo
el atrape de una ola
y cuento hasta diez.
¡Què carajo!
Una ballena en la proa
amenaza mi bote
y un filme de Scorsese
en mi tablet
deposita otro engendro
aterrador en mis aguas.
Tomo la posta y giro
a 180 grados mi nave
apago mi tablet
y alejome totalmente
de este peligro.
Sucesos en alta mar
que dejan liberar mi adrenalina
y me animan a parir otro segundo.
¡Què me importa la ficción
si con mi arpón
el cielo es mío!
Esta ola del Atlántico
es más grande que yo;
iré al Pacífico
en busca de otras aventuras.